Sina Weibo y la censura de internet en China
Sina Weibo (generalmente llamada Weibo) es una red social de microblogging (con una filosofía similar a la de twitter) en la que millones de personas publican contenido a diario.
Esta red social fue creada en China con el objetivo de ofrecer una alternativa a Facebook y Twitter, entre otras redes sociales, cuyo uso está censurado en dicho país desde 2009. A partir de 2012, se volvió obligatorio por parte de los usuarios utilizar su nombre verdadero en el registro.
Las publicaciones de Weibo son vigiladas, controladas y censuradas a diario, de modo que cualquier contenido sensible es eliminado rápidamente, a veces en cuestión de minutos. La red también cuenta con una lista de palabras que no pueden ser usadas en los mensajes y publicaciones, y el uso de servicios para acortar links (como goo.gl) también está vetado. Sin embargo la censura ha ido decayendo, y aunque aún existe un gran control del contenido, pueden leerse algunas críticas contra el gobierno y otras publicaciones similares.
Lejos de estar abandonada, es usada por un 30% de los usuarios de internet, con más de quinientos millones de usuarios registrados. Sin embargo, desde 2014 hay cada vez menos usuarios que se mantienen activos o se registran, ante el hecho de no poder usar un alias y la existencia de otras redes similares también Chinas (como WeChat).
Algunas personalidades afectadas por la censura de Sina Weibo son Ai Wei Wei, un artista contemporáneo; Liu Xiaobo, un escritor y activista por los derechos humanos; y Li Maizi, una activista por los derechos LGTB en China. Como ellos, otras tantos usuarios han sido censurados y se les ha negado el derecho a la libertad de expresión.
Se cree que tanto Sina Weibo como otras alternativas similares son una forma de control de masas utilizando una de las herramientas más potentes de nuestro siglo: internet. Aunque este caso nos puede parecer extremo y algo chocante, la manipulación a través de las redes es un concepto que abarca un rango mucho más amplio, pues todos los usuarios registrados en redes sociales son (somos) susceptibles a dejarnos llevar por aquello que leemos, vemos y publicamos a diario. La gran cantidad de información que se nos presenta a diario es tal que es difícil de filtrar.
La moda de escribir mucho en poco y la simpleza de expresión, digamos, por ejemplo, en 140 caracteres, puede considerarse en sí un modo de adecuar la mente a la cultura de lo inmediato.
En conclusión, el derecho a la libertad de expresión es algo tan fundamental que, cuando vemos que es capado, nos salta cierta inquietud. Puede que sea prudente mantener ese criterio tan exigente en nuestro día a día, en nuestras redes sociales.